Las Escuelas Normales se han convertido en “hervidero
de política y grilla” (Claudio X. González. Televisa)
Las Escuelas Normales son “monstruos” que no garantizan la
preparación de los maestros del siglo XXI. (Elba Esther Gordillo. SNTE)
El 23 de junio de 2011, pasará a la historia como el día que la sociedad civil organizada hizo realidad dos supuestos básicos de la democracia: que el poder radica en los ciudadanos y que los gobernantes son encargados temporales de la toma de decisión pública, servidores. Con Javier Sicilia, como el rostro visible de este movimiento, ciudadanos organizados dialogaron frente a frente con Calderón rompiendo con ello décadas de tiranía de los encargados del poder público hacia los ciudadanos. Dos aprendizajes nos parecen destacables, primero: la capacidad de la sociedad civil para participar en la arena política sin necesidad de entrar en la lógica de partidos políticos y segundo, el uso del diálogo y la visibilización de hechos como una herramienta de participación ciudadana. La estrategia utilizada por estos ciudadanos es una enseñanza para la lucha que otras organizaciones mantenemos contra decisiones u omisiones de autoridades públicas y se constituye en un horizonte para hacer realidad la democracia participativa.
Una lucha que se avecina para diversas organizaciones sociales y académicas es la defensa de lo que genéricamente podríamos denominar “educación pública”, las tensiones se están dando a nivel curricular, filosófico, sistémico y laboral. Focalizaremos este artículo en el embate de Televisa (vía la Organización Mexicanos Primero) y el SNTE contra un área estratégica de la educación en México, las Escuelas Normales. Dos niveles queremos destacar: los intereses en juego y las posibles estrategias de incidencia civil para enfrentar este embate.
Respecto de los intereses en juego, es claro que las motivaciones de empresas como Televisa y Televisión Azteca al cuestionar la educación pública radica en el hecho de querer participar en la prestación de este “servicio”, para ello se han dedicado a colocar en la agenda pública que el Estado ha fracasado en esta encomienda y que la única vía para revertirla es que participen “actores privados”. Así la educación se convierte en un mercado, donde el producto a vender se denomina educación y el consumidor es el Estado, el cual compraría el producto y vigilaría su distribución entre la población, desde esta lógica argumentan que la educación seguirá siendo gratuita, nada más falso. Por ello, no proponen reformar a las normales, plantean llanamente desaparecerlas, el argumento es lo de menos, bastará con una buena campaña publicitaria para que la sociedad acepte que las Escuelas Normales son un fracaso. Denigrante es el papel que está jugando el SNTE en este proceso, prioriza su sobrevivencia política y ganancias inmediatas y en ese afán, la educación es una ficha negociable. Es lamentable que el único interés no representado en estas “negociaciones” sea el del Estado, el de la ciudadanía.
En el siguiente artículo plantearemos algunas estrategias de incidencia civil para enfrentar este embate, se aceptan sugerencias.
FOTO TOMADA DE EXCELSIOR.
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1 comentario:
Una de las estrategias que se pueden utilizar es la discusión pública de estos temas. Para ello las redes sociales son una buena opción.
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