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Observatorio Veracruzano de la Educación
¿Por qué resisten la evaluación algunos actores educativos? Algunos profesores, autoridades y organizaciones sindicales la rechazan por franca resistencia a toda idea de ser evaluados. Más allá de las virtudes o limitaciones de las pruebas estandarizas o de cualquiera otra, no les gusta verse bajo mecanismos que pongan al escrutinio todo o parte de su trabajo. Otros lo hacen porque genuinamente dudan que este instrumento sea la mejor manera de valorar el desempeño educativo. Esto es compartido por varios especialistas que sostienen que los exámenes estandarizados son un auténtico retroceso educativo que nos coloca frente a prácticas positivistas y conductuales de medición y de incentivos, epistemológicamente incompatibles con perspectivas constructivistas y hasta con los enfoques educativos por competencias actualmente en desarrollo.
Otros especialistas están en desacuerdo, no con la herramienta, sino con los usos de los resultados que arroja. Afirmaciones descuidadas hechas por políticos al señalar que los resultados anuales de las evaluaciones muestran “cuánto que se ha avanzado” son comunes y, con ellas, no sólo se cae en la imprecisión, sino que se raya en la demagogia y se deja ver lo poco que varios de los responsables de los sistemas educativos saben de las posibilidades y limitaciones de tales pruebas (no siempre se pregunta lo mismo, no la contestan los mismos estudiantes cada año, las condiciones de aplicación varían...) También están los usos clasificatorios, donde organizaciones, medios de información y hasta autoridades crean y publicitan listados de las “mejores y peores escuelas”, construyen casos de vergüenzas y desvergüenzas públicas produciendo una equivocada noción de rendición cuentas que raya en la estigmatización y exhibición pública. En medio de esto, múltiples y terribles prácticas emergen: niños entrenados de forma explícita para aprobar el examen; otros a los que se pide no asistir los días de aplicación; incentivos económicos a maestros cuyos niños salgan mejor en la prueba, estrés escolar, entre muchas otras.
¿ENLACE produce discriminación? Según la resolución por disposición 1/2011 del CONAPRED del 22 de febrero de este 2011, sí, y los elementos que sustentan esto son claros: la prueba está escrita en un idioma y con reactivos que condicionan el desempeño de los niños de comunidades indígenas de México. Esto no quiere decir que no se deba o no se pueda evaluar a estos niños. Esto quiere decir que ENLACE no es la herramienta idónea; la insistencia del gobierno federal —con el apoyo de los gobiernos estatales— para aplicar la prueba marca un rechazo al resolutivo y a tratados internacionales al respecto. Aquí, identificamos con precisión dónde la política de evaluación no sólo es educativa, sino también una forma explícita de política cultural y social.
Para nosotros está más que claro que no podemos dejar de evaluar, más en un país como México con bajo niveles de trasparencia y de auto-crítica que informen del desempeño y guíen el trabajo. Pero no podemos quedarnos en herramientas como ENLACE, y mucho menos con algunos de sus usos. La aspiración debe ser avanzar a sistemas de evaluación comprehensivos que permitan tener referentes del conjunto del sistema de manera dinámica y rigurosa, con diferentes fuentes de información, donde un examen sea una estrategia entre varias. Para ello, se requieren, de entrada, herramientas conceptuales y metodológicas, tecnología, cuadros educativos especializados, así como proyectos socio-educativos capaces de discernir las tendencias globales de las necesidades locales. La pregunta es si ya estamos trabajando para ello.
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